📖🔱¿Cuál es la Paradoja de la Esquizofrenia?
Psiquiatría y Psicología Evolucionista
La esquizofrenia es una enfermedad mental grave caracterizada, además, por experimentar alucinaciones persistentes, delirios, psicosis, paranoia y alteración del pensamiento. Estas experiencias son evidentes en múltiples modalidades sensoriales (persistiendo y sobresaliendo aquello de oír voces y tener visiones) e incluyen una desviación en todas las facetas del pensamiento, la cognición y la emoción humanas. Causa, además, un cambio que se mantiene (‘pues no se tiene esquizofrenia, se es esquizofrénico’) en varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo, principalmente de la consciencia de la realidad, y una desorganización neuropsicológica más o menos compleja, en especial de las funciones ejecutivas, que lleva a una dificultad para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas, y un significativo déficit de la cognición social que elicita la estigmatización cultural y social de aquellos que padecen esta etiología.
En comparación con otros trastornos, como el depresivo mayor (TDM) y el de ansiedad generalizada (TAG), la esquizofrenia tiene una heredabilidad significativamente mayor, que alcanza incluso el 65 %. Se ha encontrado que se presenta interculturalmente, y casi siempre tiene una prevalencia del 0,1% en una población dada, independientemente de la región y del colectivo que se estudie, aunque algunos investigadores han arrojado dudas al respecto. Se ha planteado, además, la hipótesis de que la esquizofrenia es exclusiva de los seres humanos y que existe desde hace mucho, mucho tiempo.
Este diagnóstico clínico ha planteado una pregunta desconcertante para los psiquiatras y psicólogos evolucionistas, además de los antropólogos. ¿Por qué ha persistido un trastorno tan debilitante e incapacitante durante tanto tiempo, con tanta frecuencia? Esta paradoja se conoce como el Enigma o la Paradoja de la Esquizofrenia, y se han creado muchos modelos evolucionistas para explicarlo.
Dichos enfoques reflejan cómo los genes humanos pueden cambiar con el tiempo. Bajo presiones evolutivas, se favorecen ciertos fenotipos, y esta selección influye en la frecuencia de los genes que controlan a éstos, expuestos además a la variabilidad propia que se expresa fácilmente en los conectomas de nuestra especie. Estos grandes enfoques son, por un lado, el que entiende que la esquizofrenia es un subproducto derivado de la evolución humana (o TradeOff) y, por otro, el que expresa que es un beneficio evolutivo. Ambos los resumiré brevemente en esta primera entrada y los extenderé, junto a distintos modelos derivados de estos, en las próximas.
La visión del subproducto derivado plantea la hipótesis de que la esquizofrenia comenzó a estar presente cuando aparecieron los humanos (en primer lugar nuestro género Homo hace 2,4 mya y posteriormente nuestra especie sapiens hace unos 350 kya) y se separaran de los primates no humanos, estableciendo que los síntomas de la esquizofrenia son versiones muy extremas de una conducta social inadaptada y desadaptativa. Algunos autores apuntan, incluso, que forma parte de la herencia que nos queda por hibridar con neandertales.
Para aquellos que ven que la esquizofrenia y otros trastornos del lóbulo frontal están relacionados con la maduración cerebral tardía, esto es, el neurodesarrollo, la neotenia y la naturaleza cada vez más altricial de nuestro sistema nervioso central, este modelo fisiopatológico explica la esquizofrenia como un extremo, no deseado, de variación normal y un precio a pagar que se observa, también, al estar estrechamente relacionado con el desarrollo del lenguaje humano apoyándose, principalmente, en la disfunción significativa del lenguaje que aparece en los esquizofrénicos.
El otro enfoque, mucho más atrevido, plantea que esta etiología puede, incluso, haber otorgado ciertos aspectos beneficiosos a nivel evolutivo como especie para aquellos que la padecen, para sus familias y para los colectivos a los que pertenecen. Es innegable que se hace muy difícil imaginar cómo esta condición tan compleja e incapacitante, donde parece que la suerte esté echada, pueda llegar a otorgar algún aspecto positivo empezando por los individuos que la sufren, pues es el primer aspecto que alimenta la Paradoja de su existencia. Es bien sabido que la selección sexual se muestra dentro de este modelo explicativo correlacionando su presencia con la reducción de la fertilidad en las familias en las que está presente este trastorno.
Sin embargo, aunque las tasas de fertilidad se reducen en mujeres esquizofrénicas, lo hacen tres veces más en hombres, lo que da una explicación potencial de por qué hay una cantidad mínima de padres esquizofrénicos a nivel familiar. Tienen por norma general, de hecho, disfunciones en su aparato reproductivo y muestran poco interés por el sexo. Este modelo, combinado con las tasas reducidas de elección de pareja debido a la anormalidad extrema de los rasgos, debería permitir que el trastorno sea seleccionado en contra y, por lo tanto, representado mínimamente dentro de nuestra población. Sin embargo, sigue existiendo una heredabilidad alta y la pregunta debería centrarse en por qué sigue estando tan presente en los seres humanos, ya que las explicaciones acerca de las alteraciones, como las tasas de mutación, no explican por qué la tasa de prevalencia en la población sigue siendo tan alta y se mantiene el genotipo.
Algunos autores, como Polimeni y Reiss, teorizan sobre la noción de la Hipótesis de la Selección y División Grupal de la esquizofrenia, donde todos los grupos tienden a dividirse para mantener su estructura cohesiva, y que ésta explica por qué existirán siempre fronteras ideológicas, territoriales, religiosas, lingüísticas o étnicas.
Enfatizan, además, la aparición de culturas animistas y la presencia del chamanismo, o comportamientos de tipo chamánico, argumentando que tales aspectos ayudan a mantener líderes carismáticos (y artistas atormentados) que utilizan síntomas diversos, como paranoia, visiones y delirios, para escindir clanes de 50 a 100 individuos, crear nuevas culturas y liderar a los grupos hacia la Tierra Prometida. Esto, unido a su prevalencia en la población, haría de la esquizofrenia el comodín o carta salvaje perfecta, de baja probabilidad y alto impacto, lo suficientemente alto para cambiar de rumbo una civilización entera. Debido a la naturaleza altruista del liderazgo, la esquizofrenia se seleccionaría entonces para mantenerse y aportar beneficios al grupo social, en detrimento de las tasas de fertilidad de quien la padece.
Otros autores inferieron, además, que la reducción de la fertilidad en pacientes esquizofrénicos se debía a una mayor resistencia a los factores dañinos, incluidas las alergias y las infecciones por diversos patógenos, y que se transmitía una disminución en la prevalencia de infecciones por virus entre familiares de pacientes esquizofrénicos. Un estudio a favor de este modelo sostiene, incluso, que las hembras de pacientes con esquizofrenia tienen tasas de supervivencia mejoradas, mientras que los individuos masculinos no recibieron ninguna ventaja o desventaja de este modelo y que no había ventajas de supervivencia para los niños cuyos padres experimentaban síntomas de esquizofrenia. Otros rasgos presentes en la esquizofrenia, incluida la tolerancia a niveles bajos de estimulación mientras están atentos y algunos aspectos, como la psicosis, pueden haber ayudado a desarrollar instintos territoriales, lo que puede haberse convertido en una ventaja para los humanos de tiempos pretéritos aunque existan otros aspectos prioritarios en nuestra naturaleza gregaria, como es la jerarquía, y que ampliaré junto a los anteriores modelos, como anuncié al principio, en las siguientes entregas.
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Referencias:
Polimeni, J; Reiss, J (2013). «Evolutionary Perspectives on Schizophrenia». The Canadian Journal of Psychiatry. 48 (1): 34–39.
Van Dongen, J.; Boomsma, D. (2013). «The evolutionary paradox and the missing heritability of schizophrenia». American Journal of Medical Genetics Part B: Neuropsychiatric Genetics. 162 (2): 122–136.
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