Folclore (1). Cuentos de Europa.

Paleoantropología & Paleoneurología

 

Érase una vez que se era la historia de los pueblos que llegaron a Europa, quienes trajeron sus tradiciones y sus tribulaciones, sus miedos, sus lenguas, sus anhelos, y sus miserias, que se transformaron en muchos de los cuentos que nos dieron forma y que conocemos hoy  y hasta el fin de los días…

La publicación de los Hermanos Grimm Children’s and Household Tales hace doscientos años despertó un enorme interés del público y del mundo académico por catalogar las historias tradicionales contadas entre la gente común, y ayudó a establecer el folclore como un campo para la investigación y el estudio académicos. Inspirada por los métodos de los Grimm, una nueva generación de investigadores se aventuró fuera de las pequeñas bibliotecas de las aldeas y hogares del mundo rural para recopilar coloridos cuentos sobre bestias mágicas, madrastras malvadas, objetos encantados y héroes infatigables.

Uno de los descubrimientos más inesperados y emocionantes que surgieron de estos estudios fue la recurrencia de muchas de las mismas tramas en las tradiciones orales asociadas con sociedades y grupos étnicos diferentes y, a menudo, ampliamente separados. Así, los Hermanos Grimm señalaron que muchos de los cuentos populares aparentemente germánicos que recopilaron están reconociblemente relacionados con historias registradas en tradiciones orales eslavas, indias, persas y árabes, convirtiendo la historia de Europa en un cuento, a veces bien contado. Estas similitudes han atraído la atención de folcloristas, eruditos literarios, antropólogos, científicos cognitivos y otros por una variedad de razones: por ejemplo, se han estudiado cuentos afines entre distintas culturas para tratar de reconstruir los orígenes y las formas de los cuentos de hadas occidentales clásicos antes de que estos fueran escritos. Otros investigadores han examinado las distribuciones de elementos comunes de las tramas, dentro y entre regiones, para hacer inferencias sobre migraciones de las distintas poblaciones humanas, el contacto intercultural, el impacto de la distancia geográfica y las barreras del idioma en la difusión cultural. Por último, se ha sugerido que los patrones de estabilidad y cambio en las historias pueden proporcionar información valiosa sobre aspectos universales y variables de la experiencia humana, y revelar cómo los procesos psicológicos, sociales y ecológicos interactúan entre sí para dar forma a la continuidad y diversidad cultural.

Desafortunadamente, dado que los cuentos populares se transmiten a través de medios orales en lugar de escritos, reconstruir su historia y desarrollo a través de las culturas ha demostrado ser un desafío complejo. Pese a eso, el valor que tienen los chamanes, bardos, escaldos y viejos del lugar no deja de ser incalculable, hasta el punto de inspirar el fondo y el trasfondo de multitud de historias, y a explicar sus orígenes. Hasta la fecha el esfuerzo más ambicioso y sostenido en este área, de hecho, ha sido llevado a cabo por folcloristas vinculados con la llamada escuela histórica-geográfica, que se estableció a finales del siglo XIX. Estos investigadores han tratado de clasificar cuentos populares similares de diferentes literaturas orales en distintos tipos internacionales en función de la consistencia en sus temas, argumentos y personajes. El trabajo de referencia más completo y actualizado en este campo, el índice Aarne-Uther-Thompson (ATU), identifica más de dos mil tipos internacionales distribuidos en trescientas culturas en todo el mundo.

Los exponentes de la escuela histórico-geográfica creían que cada tipo internacional se remontaba a un cuento original, un arquetipo, que fue heredado de una población ancestral común o se extendió a través de las sociedades mediante el comercio, la migración y la conquista. Con el tiempo, las formas originales de los cuentos cambiaron para adaptarse a diferentes normas y preferencias culturales, dando lugar a ecotipos localmente distintos, moldeándose en función de la idiosincrasia del lugar y de sus gentes. El método histórico-geográfico buscó reconstruir este proceso reuniendo todas las variantes conocidas del tipo internacional, y clasificándolas por región y cronología. Se consideró que las formas raras o altamente localizadas eran de probable origen reciente, mientras que las formas generalizadas probablemente fueran antiguas, particularmente cuando eran consistentes con las primeras versiones registradas del cuento siempre con una premisa: si se cuenta una historia similar en alemán e hindi, sus raíces radican en el último antepasado común de los idiomas.

Uno de los tipos internacionales más famosos y controvertidos dentro de la literatura de cuentos populares es la Caperucita Roja (ATU 333). La mayoría de las versiones de la historia en la cultura popular moderna se derivan del clásico cuento literario publicado por Charles Perrault en la Francia del siglo XVII, que relata las desventuras de una niña que visita la casa de su abuela, donde es devorada por un lobo disfrazado como la anciana. Se cree ampliamente que Perrault basó su texto en un antiguo cuento popular conocido simplemente como La historia de la abuela, cuyas versiones han sobrevivido en las tradiciones orales de la Francia rural, Austria y el norte de Italia. Otra variante de la trama es que la joven, comúnmente llamada Catterinella, lleva una canasta de pasteles a su tía / tío, que resulta ser una bruja o un hombre lobo.

Se han registrado historias muy similares a Caperucita Roja en varias publicaciones orales no occidentales. Estos incluyen un cuento popular que es popular en Japón, China, Corea y otras partes del este de Asia conocido como La abuela tigre, en el que un grupo de hermanos pasa la noche en la cama con un tigre o un monstruo que se hace pasar por su abuela. Cuando los niños escuchan el ruido que hace su hermano menor al llevar posteriormente comida y convirtiéndole con este fortuito acto en héroe inesperado (y moral), engañan al villano para que los deje afuera para ir al baño, donde logran escapar. Otro cuento, encontrado en África central y meridional, narra la historia de una niña que es atacada por un ogro después de que imitase la voz de su hermano. A pesar de estas similitudes, no está claro si estos cuentos pueden clasificarse como ATU 333.

Algunos escritores sugieren que pueden pertenecer a otro tipo de cuento internacional, El lobo y los niños (ATU 123), que es popular en el Levante Mediterráneo y Oriente Medio. En este cuento, una cabra advierte a sus hijos que no abran la puerta mientras ella está en el campo, pero un lobo la escucha. Cuando se va, el lobo se hace pasar por ella y engaña a los niños para que lo dejen entrar, con lo cual los devora. Las versiones del cuento se reproducen en las colecciones de fábulas de Esopo, autor de la Grecia Clásica, en las que el cabrito evita ser comido al escuchar las instrucciones de la madre de no abrir la puerta, o busca más pruebas de la identidad del lobo antes de rechazarlo. En una versión india de El lobo y los niños, conocida como El gorrión y el cuervo, el villano engaña a la madre para que la deje entrar a la casa y se come a sus crías durante la noche.

De acuerdo con el registro cronológico, las relaciones dentro del grupo ATU 333 indican que Caperucita Roja y la Historia de la abuela descienden de un ancestro común que existió más recientemente que el último ancestro que comparten con un poema escrito por un monje de Lieja (Bélgica) en el siglo XILos resultados de los análisis también coinciden con el registro literario de El lobo y los niños, que sugiere que la historia evolucionó a partir de una fábula esópica que se registró por primera vez alrededor del año 575 aC y divergieron en un punto temprano en la historia de este linaje. Pero este no es el único cuento popular cuyas raíces crecen desde el más profundo pozo de los deseos y desde eras lejanas, tan lejanas como los propios mitos fundacionales de las civilizaciones del Viejo Continente.

A día de hoy sabemos que La Bella y la Bestia es antiquísima, sin duda un cuento tan viejo como el tiempo. Los Grimm proporcionaron muchos tipos diferentes de relatos cortos y cuentos enmarcados en el tipo internacional de Novio Animal en su colección, cuyos representantes más conocidos se encuentran en la gama ATU entre el 425 y el 449. La historia de El burro (ATU 431) es uno de esos ejemplos más descriptivos, incluyendo muchos elementos comunes, como el cambio nocturno de bestia a humano (siempre hay un cambiaformas en el relato) y la quema final de la piel del animal para terminar con el encanto. El núcleo de la historia se mantiene más o menos intacto desde hace unos 3,500 años, con un padre que está endeudado con una bestia por recoger una rosa que no le pertenece. A cambio de su libertad, su hija es tomada prisionera por la bestia que, poco a poco, muestra su humanidad ante ella. El secuestro por parte del cambiaformas, animal o bestia a la chica muestra continuidad en el tiempo, desde el Antiguo Egipto hasta nuestros días. Después de enamorarse de la bestia, ella debe acabar con la maldición para transformarlo en un príncipe.

También encontramos relatos anclados en nuestro acervo popular desde milenios como Rumpelstiltskin, Jack y las Habichuelas Mágicas, o El Herrero y el Diablo, por poner unos ejemplos. En el primero nos encontramos con un relato de unos 4,000 años clasificado como ATU 500, también llamado El nombre del Asistente Supernatural, que narra la historia de un campesino que le dice falsamente al rey que su hija puede sacar oro de la paja. Aparece una criatura élfica que le ofrece la misma y verdadera habilidad a cambio de su primogénito, siendo su única salida el adivinar su nombre, cosa que hace.

En el segundo nos encontramos con ATU 328, El niño que le robó al ogro su tesoro, remontándose a cuando los idiomas indoeuropeos orientales y occidentales se separaron hace más de 5.000 años. En este relato un niño invade la casa de un gigante para robar su tesoro. Cuando el gigante llega a casa, el niño se esconde y luego logra evadir la persecución del gigante. Finalmente el niño lo mata y toma su tesoro. En la versión moderna, las habichuelas o frijoles mágicos alcanzan grandes alturas en el cielo, donde se encuentra la guarida, lo que le permite a Jack subir hasta el hogar del gigante y robar sus tesoros. Por último, ATU 300 o El herrero y el Diablo, narra una historia sobre un hombre que intercambia su alma con un ser sobrenatural, siendo éste un diablo o genio, por habilidades de herrero (aunque creo que es más probable la figura de un artesano y no herrero, por cronología y sentido común), y fue contada por primera vez hace unos 6,000 años, en Proto-Indoeuropeo. Ahora contamos una historia similar sobre el guitarrista de blues Robert Johnson y los cruces de caminos.

En resumen, la consistencia de las relaciones por diferentes métodos filogenéticos, su ajuste a los datos y su compatibilidad con líneas independientes de investigación del folclore proporcionan evidencia convincente de que, contrariamente a la afirmación de que los caprichos de la transmisión oral están destinados a eliminar todo rastro de descendencia en cuentos populares: es posible establecer tradiciones narrativas coherentes a lo largo de grandes distancias geográficas y períodos históricos.

[Para más info clickea aquí, aquí, aquí, aquí & aquí]

 

Referencias:

Da Silva, S. G., & Tehrani, J. J. (2016). Comparative phylogenetic analyses uncover the ancient roots of Indo-European folktales. Royal Society Open Science, 3(1), 150645.

d’Huy, J. (2013). A phylogenetic approach of mythology and its archaeological consequences. Rock Art Research, 30 (1), 115-118.

Gottschall, J. (2003). Patterns of characterization in folktales across geographic regions and levels of cultural complexity. Human Nature, 14(4), 365–382.

Matthews, L. J., Tehrani, J. J., Jordan, F. M., Collard, M., & Nunn, C. L. (2011). Testing for Divergent Transmission Histories among Cultural Characters: A Study Using Bayesian Phylogenetic Methods and Iranian Tribal Textile Data. PLoS ONE, 6(4), e14810.

Ziolkowski, J. M. (1992). A Fairy Tale from before Fairy Tales: Egbert of Liège’s “De puella a lupellis seruata” and the Medieval Background of “Little Red Riding Hood.” Speculum, 67(3), 549–575.

Canción recomendada para la lectura:

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