Aquí podréis disfrutar de esta obra publicada en 1842 con la intención de que la población no especializada tuviera conocimientos sobre astronomía. Con más de 100 ilustraciones hechas por el propio Blunt, la idea de que la naturaleza es bella por definición y que nuestra obligación es conocerla y mostrarla se hereda del espíritu romántico científico, cuyo testigo recogerán sobre todo a partir de esta década del siglo XIX y que se extenderá durante todo el período victoriano. Como incide el autor, la idea parte de que ese espíritu nace en casa, en la familia, que es el núcleo principal por el afán de conocer el mundo o los mundos que nos circundan.





Unas imágenes extraordinarios. Enhorabuena y muchas gracias.
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